Miguel Manrique nació en Madrid en 1938. Su padre era un pintor y cinematógrafo que le enseñó a dibujar y a pintar en acuarela, pero que le sugerió que se buscase una profesión mas lucrativa.
El pintor se marchó de España en 1957 para irse a Inglaterra, como el dice “con la intención de tener libertad y de ver mundo”. Pensó dejar Inglaterra para irse a Francia después de un año pero se quedó allí desde entonces.
Aprendió de su padre que la profesión de pintor era muy precaria y decidió ir a la universidad de Londres para estudiar matemáticas. Durante la mayor parte de su vida profesional, estuvo trabajando en grandes compañías y tuvo poco tiempo para dedicarse a su pasión: la pintura. De todas formas, dibujaba de vez en cuando y no empezó a pintar hasta los últimos años de los 80. En 1997 se jubiló antes de tiempo para poder concentrarse en la pintura.
Desde entonces, ha expuesto en el Fairfield Hall en Londres y en otros sitios en Inglaterra. Recientemente ha expuesto en Céret en el sur de Francia.
Se considera como un pintor de la tradición española. Su inspiración viene de los colores del Mediterráneo que le permite representar el espíritu de la pintura, esto es, el color y el movimiento. Sus pintores favoritos son Velázquez, Picasso y Matisse.